jueves, 4 de marzo de 2010

Cold ocean.05


- Una chiquilla tan linda como tú soltera, debo sonar como los jovencitos de ahora, pero es impresionante la verdad.- dijo con una expresión que lo hizo ver más joven.

- Usted sabe mejor que yo que físicamente no soy lo más hermoso…”- mire el suelo…

Tomó mi barbilla y levanto mi cara.

- No veo en ti, problema alguno, me gustan tus ojos ya sabes, la ventana del alma, y no veo problema alguno en tu alma, en tu intelecto, eres como una rada de tranquilidad que a muchos les falta en estos tiempo, que es lo que no ven los demás…- dijo aún con su mano en mi barbilla, pensativo.

- Ya sabe como son las cosas ahora señor Ronald, no soy flaquísima ni tampoco muy voluptuosa, no mido 1.68, y eso es lo que buscan ahora, partiendo por eso. Pero yo tampoco puedo amar a alguien real…- dije bajando la cabeza nuevamente.

- Como es eso Marie?-pregunto.

- Tengo traumas, lo reconozco, odio las mariposas en el estomago, el sentirme atada a alguien, sufrí mucho de niña…los niños me miraban feo, por ser diferente, y no se como estar bien con alguien que no sea un adulto…ya sabe…- Rompí en lagrimas..

- Tranquila Hija- me abrazó, el primer abrazo que recibía en días- Ya verás…. “Llora hija, llora” eso dijo la psíquica no? O algo parecido verdad…tú disfruta ser quien eres y con quien te quiere, no le ruegues a nadie…jamás.- dijo con voz calma, hipnotizante, deje de llorar en segundos, volví a sonreír.

- Perdón señor Ronald, gracias…-Dije tomando su mano.

Caminamos de vuelta tranquilamente mientras el sol se escondía, maneje hacia su hogar, nos despedimos, espere que el entrará a su casa azul, cuando hubo cerrado la puerta, mire la rosa sobre el espejo… suspiré y maneje de vuelta a casa.

-0-0-0-0-

Al día siguiente, desperté sintiéndome algo extraña, quería que alguien me acompañara en mi soledad, me gusta estar sola, pero no me siento completa, me bañe lentamente, dejando que el agua quemara mi piel.

Afuera llovía como nunca, pero no tenía las fuerzas ni ganas de prender la vieja chimenea, simplemente me puse encima todo lo que encontré hasta que los temblores de mi cuerpo se detuvieran, salí al bosque….buscando Robincs quizás, quien sabe mi imaginación no debe estar tan afectada después de todo.

Los pinos a mi alrededor detenían ligeramente la lluvia sobre mi cabeza, olía a madera mojada, las hojas bajo mis pies sonaban tenuemente, creo que en esos momentos flotaba, me perdí dentro de mi propia mente, recordando las palabras del señor Ronald, pensando en mis sueños, buscando inspiración, encontré una pequeña roca medianamente seca bajo un gran roble, me senté sobre ella, y saqué de mi bolso un cuaderno y un lápiz…al fin había encontrado la inspiración que me faltaba. “Clarisse huyó asustada desde su casa, miraba hacia atrás y aún podía ver a su tía Amanda con un palo en la mano amenazando, corriendo tras ella como podía… sus gordas piernas pronto se cansarían, pensó. Pero aún tenía miedo, si cerraba los ojos todavía escuchaba los gritos graves de la tía, no tenia escapatoria ni en su propia imaginación…”

Cold ocean.04


Ronald se subió al auto, yo mientras busque la chaqueta larga que guardaba en el maletero y me la puse, para verme un poco más “elegante”.Mi imagen de trabajadora chocaba un poco junto al formal traje de Ronald.

-Buen copiloto que tengo hoy – dije mientras arrancaba el auto.

-Hace ya casi 15 años que no tenia una cita, veamos que tan buenas son las jovencitas de ahora para las salidas con hombres – dijo con una voz calma

- Me está poniendo a prueba?- dije mirando el camino.

-Quizás…Y bueno Adonde rayos vamos?....- dijo mirando por la ventanilla.

-mmm…- dije.

-Al cine, Al bosque, A su casa, A “Jackson’s” , A un concierto de rock, A la playa, mmm A una cena…donde donde – dijo, sentí como se clavaba su mirada en mi cara.

-Quizás a todas…- dije mirándolo por 2 segundos y volver rápidamente la vista al camino.

Luego de media hora de viaje, llegamos a TreeSun.

-A si que TreeSun eh?- dijo.

-Agradezcamos que hace tiempo que perdió el “Sun”, por eso me gusta venir- dije. Estaba abriendo la puerta cuando me di cuenta, que el estaba muy formal para venir a un paseo por la playa. Se le iba a arruinar el traje.

- Ay Dios perdón señor…no había pensado otro lugar para donde ir!....- Dije alarmada.

-Que tiene de malo este?- dijo mirando a su alrededor.

- Nada nada, pero su traje señor, lo va a arruinar aquí…-dije un poco triste.

-Hija, si fueras un viejo de 76 años, solitario y una linda chica te acompañará a la playa, lo que menos te importaría es el traje…créeme- dijo mientras abría su puerta.

-Aún así!! …no no súbase vamos a Jackson’s…- dije tomándolo por el brazo. Pero el se salió del auto, camino hacia mi lado y me tendió una mano, resignada la tome, e hice que rodeara mi brazo con el suyo, saque del asiento trasero una bufanda blanca que me tejió mi madre antes de venir y se la enrolle al cuello.

-Por lo menos así no se resfría- dije. El simplemente sonrío y emprendimos marcha, la arena estaba húmeda, por suerte Ronald no accedió a sacarse los zapatos conmigo, quizás que resfriado hubiese pescado, caminamos cerca del agua, el aferrado como si fuera un niño a mi brazo, yo sintiendo la calidez de abuelito que ya había olvidado hace tiempo.

-Señor, por que no me cuenta sobre usted un poco? Creo que estamos en una cita y al parecer no lo conozco…- dije mirándolo sonriente.

- Desde un principio pensé que era una niña valiente, accedió a venir a una cita conmigo siendo que nos hemos visto cuanto….6 veces nada más- dijo, reí.

-Que le puedo contar…aver, tengo 76 años, soy viudo hace 15 años, mi mujer murió de cáncer al pulmón, vivimos toda la vida en una ciudad a 6 horas de aquí, cuando ella falleció y mis hijos lo único que buscaban era un hogar de ancianos para abandonarme allí fue cuando decidí venir aquí, tuve 3 hijos: Roderick, Nicholas, Gregory. 6 nietos que no probablemente no me recuerden…: Alice, Arthur, Sebastian, Thomas, Robert, Erick. 6 preciosos niños, en ese tiempo, ahora quizás cuantos años tengan… Los perdí de vista hace más de 20 años… Los otros solo los conocí por fotos que mis hijos enviaban cuando se acordaban de este anciano.

Mi padre era relojero, y mi madre vendía justamente…relojes, teníamos mucho dinero, las chicas me perseguían…Pero mi fallecida esposa… éramos almas gemelas, lo que espere toda mi vida, perfecta para mi, fue como si yo hubiese nacido con bordes y ella encajara perfectamente en ellos...Ay la recuerdo, su olor, el color de sus ojos, su risa contagiosa, sus manos….todo. Sabes… tu tienes su mismo color de ojos…No te enojes viejita allá arriba, tu sabes que eres todo para mi y ya nos vamos a encontrar, no te pongas celosa de esta jovencita tan buena- dijo mientras miraba al cielo, sentí como se estremeció.

- Y usted que hacia de joven?- pregunte curiosa, intentando de que no se desvaneciera ese delicado cuerpo que tenia a mi lado.

- Yo trabaje toda mi vida en la tienda de relojes de mis padres, vendiendo, armando, reparando relojes, escuchando siempre el tic tac continuo, de nunca acabar, tenia más presente que todos que el tiempo corre eternamente, cuantas cosas se esconden entre el tic y el tac de los relojes, algunas de ellas las descubrí. Ese sonido a veces molesto yo lo escuchaba todo el día, tejía redes en mis pensamientos, cada tic tac era un punto que enredaba mis pies a ese lugar. Pero la verdad linda… yo tenía un trabajo secreto, nunca quise decirles a mis padres, tú sabes como era en esa época, como eran considerados los hombres artistas. Era escritor.- dijo mirándome fijamente.

- Escritor! Wow! Cuénteme más- dije emocionada, de verdad interesada en ese ancianito.

- Publique 3 libros bajo el seudónimo de E.R…”Única y Inmensa”,

“Gracias” y “Más bella que tú”, me perdía momentáneamente en mundos preguntándome cada segundo, si alguna vez me sucedería lo que escribía en hojas cafés, Si mis sueños se harían realidad. Aun tengo sueños sabes, pero la gran mayoría los cumplí cuando conocí a mi esposa. Era la doncella de mis sueños, La bruja también –rió y le respondí con una corta risita- La mariposa, Mi maremoto, todo, La madre de mis hijos, mi compañía, mi razón de reír.

Por eso cuando la perdí, vine buscando compañía aquí, no quería estar rodeado de viejos seniles que perdían la razón segundo tras segundo-

Sostenía la rosa azul en una mano, mientras dejábamos huellas que se borraban con el mar, caminamos 1 larga hora, el contándome de su vida, yo simplemente lo escuchaba… Era un hombre interesante, bueno para hablar, se sincero tanto conmigo que no sabia como agradecerle todos los pensamientos nuevos que me hizo conocer, nos sentamos en una roca más o menos cómoda para un hombre de 72 años, para mi nuevo amigo, para mi único amigo.

-“No puede haber, donde la encontraría, otra mujer…igual que tu, no puede haber desgracia semejante…otra mujer…igual que tú, con iguales emociones, con iguales expresiones que en otra sonrisa no vería yo, con esa mirada atenta a mi indeferencia…”- Recuerdo que esas fueron las primera líneas que publique en mi primer libro. Y tu hija.. cuéntame de ti..- dijo mirando directamente a mis ojos, reconocí su emoción tan a flor de piel, lo admiraba de verdad.

Le conté un poco de mi historia, el por que llegue aquí y por que decidí quedarme en esa casa demasiado grande para una persona. No me gustaba hablar de mi misma ni de mis emociones, pero el ya sabia más que todos los demás.


Cold ocean.03


- Hummjum…-dijo volteándose a mirar al desconocido.

Reí nerviosa

- no no, no es lo que usted esta pensando, solo que es un poco sorprendente ver a alguien joven por aquí – dije

Me miro con caras de pocos amigos.

- No no digo, es que si, usted también es joven, pero de mi edad no he visto a…..

- Jajaja no te preocupes hija, entiendo….Los años pasan tanto en mi como en ti, solo que a ti no se te notan, pero esta bien, bueno me largo, aquí esta el dólar, y mi energía que ya absorbiste pequeña esponja celeste.-Dijo sonriendo mientras levantaba su pesado trasero del pequeño banco.

- Bueno, gracias, adiós, vuelva pronto-dije casi como una maquina intentado comprender eso de “pequeña esponja”.

Supongo que mi cara se desfiguro lo suficiente para que el silencioso-hasta ahora- Ronald se percatara.

- No te preocupes hija, ella siempre anda con sus cosas del yang Jung y las energías y libra leo acuario, y quien sabe en que otras cosas anda metida esa vieja.- dijo con una voz carrasposa imposible de no identificar.

- Ay señor! Tanta amargura, la verdad a mi también me gustan esos temas, pero no logré entender el sentido exacto de la esponja celeste, usted no ande tan pendiente de lo que hace la señora, venga aquí, tómese un té mientras yo intento escribir algo.-Dije mientras golpeaba suavemente el respaldo del antiguo banquito de la sra Greedwink. El señor Ronald apenas podía sostenerse por si solo, así que lo tome por el brazo, para que avanzara con más seguridad, lo ayude a sentarse y volví tras el mostrador.

- Asi que… tu hija, escribes…- dijo.

- Así es, es por eso que vine aquí pero no todo a salido como esperaba, quería terminar mi novela sobre los Robincs-que son unas interesantes criaturas verdes que habitan dentro de los bosques intentando no ser descubiertos hasta que una adolescente descubre a uno …y bueno ahí siguen otra serie de acontecimientos- pero me vi apretada de dinero y acepte el primer trabajo que me ofrecieron: de columnista en una revista de adolescentes…-dije bajando el tono de voz al final de mi relato.

- DE ADOLESCENTES, pero que le pasa al mundo de hoy pequeña, aquí ni jovencitos hay, y buscan gente para escribir en revistas cuando estamos todos estos viejos troncos perdiéndonos la oportunidad de leer una novela de estos días para avivar aun que sea por segunditos nuestra juventud y ganas de vivir… pero no…aquí nos tienen olvidados, aburridos y casi sin ganas de vivir.- vi como los ojos del sr. Ronald poco a poco empezaban a llenarse de lagrimas y no supe que decir, era la verdad…Estaban tan abandonados.

Mis ojos se llenaban de lagrimas junto a los suyos, pude sentir lo que el sentía, el abandono, el rechazo, el olvido de las almas, como era posible, que un hombre que dio vida a una familia, que rió, jugó, trabajó para poder poner cimientos y que sus hijos no pasaran frío…fuera olvidado, se llenara de polvo poco a poco como un mal libro antiguo….sin embargo soplamos el polvo de la portada gastada de “La Odisea” y seguimos con nuestras manos pegadas a sus hojas, siendo simplemente un antiguo libro gastado, que cuenta una y otra vez la misma historia…Y perdemos la oportunidad de conocer misterios guardados en la infinita mente humana.

Me sentí mal, por no haber conocido más a mi familia, y esconder mi nariz entre páginas amarillas. Me sentí egoísta de querer que otros metieran su nariz en mis libros para leer mis historias…y dejar de escuchar la de algún ser más cercano.

El señor Ronald me miro con detención mientras más pensamientos relampagueaban dentro de mi cabeza, se dio cuenta de mi confusión.

-Hija…Has tenido alguna cita últimamente?-

Su pregunta me sorprendió, mucho.

-No, por supuesto que no- dije entre risas.

-Te invito a una…-dijo sonriente, sentí como su mano áspera y delicada tomaba la mía.

-Acepto- dije sonriéndole

-Pero tu me llevas y me traes, además tu eliges el lugar, yo ya estoy muy anciano para esas cosas…-Frunció el ceño ….tras esos gruesos anteojos se ocultaban unos hermosos ojos verdes, que poco a poco se destiñeron con los años, debe haber sido guapo durante su juventud, lleno de vitalidad, rodeado de chicas hermosas, y ahora, aun conserva los rasgos, y me esta pidiendo salir a mi…jamás él hubiese pensado que terminaría así…rogando por compañía.

-Que tal señor…- Me vi interrumpida cuando una señora entro a comprar.

-espéreme, por favor señor Ronald- me enderecé para poder ver bien a la señora.

Miro todas las repisas y me pidió al menos 13 latas de diferentes alimentos, con dificultad alcanzaba las de más arriba, pero las alcanzaba….debía bajarlas más tarde ni yo ni menos la sra Greedwink podíamos alcanzarlas.

16 dólares con 25 centavos.

Y la señora se marcho.

-Disculpe, señor Ronald, que tal si salimos hoy luego de que yo cierre el local…-dije acercándome a su cara, como lo hacen las mujeres fatales.

-Me parece bien hija, entonces pasaré la tarde en la plaza que esta a unas cuadras, allí estaré, la casa azul número 847 es la mía, búscame ahí si no me encuentras. Bien, es hora de irme, Adiós.- Se levanto con dificultad, pero su bastón le dio las fuerzas necesarias para dar los 7 pasos que lo separaban de la puerta. Sujeto la puerta con sus pocas fuerzas para dejar que una mujer de unos 45 años entrara. Gracias dijo ella. El solo se sacó la boina y continúo.

-Adiós.- dije sonriendo.

-Hola, Buenas tardes en que la puedo ayudar?.- dije.

La mayoría de los que entraron preguntaron por la señora Greedwink, les respondía que estaba con gripe y la mayoría de ellos se alarmo, la deben de querer mucho en el pueblo. Tuve la valentía para preguntarle a un señor, de si el sabia hace cuanto la sra Greedwink tenía este negocio. 55 años, en el mismo lugar, con la misma señora atendiendo.

Tenia el respeto y el afecto de todos los del pueblo, se sorprendían al ver una nueva persona detrás del mesón, curiosos hacían preguntas, debo admitir que me sentí interrogada, pero felizmente no obtuve el rechazo de ninguno.

Escribí mi columna sobre el creciente desinterés de los jóvenes por conocer las vivencias de los ancianos. Primera vez que sentí que escribí algo productivo para la vida, probablemente lleguen reclamos por que la columna es muy aburrida, pero me quedo con el corazón tranquilo sabiendo que lo leyeron y quizás algo se les grabo en sus ocupadas mentes llenas de tecnología.

Saque un vino desde la repisa, deje los 8 dlls dentro de la caja, y cerré.

Subí a mi auto, llegue en pocos minutos a la plaza, no lo vi por ningún lado.

Busque la casa azul hasta que la encontré, estacione fuera y me baje.

Toque la puerta con una manilla que tenía la forma de una mano empujando una redondísima piedra, la puerta de madera antigua y oscura retumbo con un sonido grave y cerrado. El vecino, un viejito de piel oscura sentado en las escaleras fumando un puro, me miraba con sorpresa, y no lo juzgo, por que si era una escena lo bastante rara para observar.

Lo mire hasta que la pesada puerta en frente mío se abrió, el señor Ronald, estaba perfectamente vestido, con un traje azul marino perfectamente planchado, un pañuelo en el bolsillo de la chaqueta, un sombrero que le hacia juego con su perfecto terno, zapatos negros perfectamente lustrados, su pelo desordenado como siempre. Observe como con dificultad buscaba algo en su bolsillo, sosteniendo con la otra mano el bastón, sacó una hermosa rosa azul y la estiró hacia mí.

Levante la mano para alcanzar la rosa, le ofrecí mi brazo izquierdo para que se sostuviera mejor.

-Esta muy sexy esta tarde señor Ronald- dije bromeando.

-Siempre he sido así nena- Me devolvió la broma.

-Adiós vecino…- le dijo el hombre de piel oscura.

-Hasta mañana señor.- dijo agachando la cabeza.

-Adiós – dije yo, levantando una mano.






martes, 23 de febrero de 2010

Cold ocean.02

me abrigue, el techo se veía escarchado, baje las escaleras lentamente contando, 1..2..3…17…, camine a la cocina me serví una leche y cereal, metí unas cuantas leñas y palos a la chimenea y me senté junto a la ventana a desayunar, cuando ya termine de tragar, lave los platos y Salí de la casa por la puerta de la cocina, el pasto estaba húmedo y me congelaba los pies, sentía el frío, y disfrutaba de el, me detuve bajo el gran manzano que no daba manzanas, si un manzano que no daba manzanas por que bueno quizás que diantres de árbol era pero para mi era un manzano, vi como más allá el rocío congelado sobre el puente se empezaba a descongelar convirtiéndose en agua gota a gota…corrí hacia mi casa, ya no sentía mis pies.

El agua caliente golpeaba mi rostro quemándome, pero de alguna u otra forma lo disfrutaba, seque mi pelo en silencio, me vestí de igual forma, y me senté a escribir mi columna sobre “Problemas en la adolescencia”, la termine con una total decepción no podía creer que estuviera escribiendo sobre como eliminar un grano sin que queden marcas.

Dieron las 3:45 de la tarde, guarde mi típico cuaderno y uno de los tantos lápices, mi celular que no usaba más que para ver la hora y poner el despertador, en un bolso negro que tengo desde los 15 años. Me dirigí hacia mi nuevo trabajo y así empezó mi vida laboral como vendedora, un día común, totalmente corriente y solitario, unos cuantos viejitos pasaban a comprar pan u galletas por que el nieto iba de visita, algunos compraban de todo, DE TODO, otros simplemente iban a conversar, como el señor Ronald por ejemplo. Grase una señora de aproximadamente 54 años, pasaba a tomar un café todos los días como me comento la señora Greedwink , se rumoreaba por allí que Grase tenia fama de bruja por eso se mantenía tan silenciosa y observadora, y así pasaron los días, pero jamás vi a alguien menor de 40 años, hasta ese día.

La señora Greedwink me llamo el día anterior que había caído enferma, un simple resfriado pero que a su edad no valía la pena arriesgarse a empeorar, diciéndome entre toses de perro y estornudos que me dolían hasta a mi si podía ir a trabajar todo el día mañana, y por supuesto afirme.

Tenía que escribir mi columna, al día siguiente, pero probablemente encontraría 10 minutos libres para seguir escribiendo sobre acne y problemas idiotas de amistad que nunca tuve.

Al día siguiente salí de mi casa, cerré la puerta cuando me acuerdo que las llaves de la tienda las había dejado dentro, si soy un poco despistada, pero no idiota ni mucho menos ingenua, abrí nuevamente corrí hacia el florero donde escondía esas llaves, tome el antiguo llavero de bronce, que por su puesto amaba, la mariposa finamente esculpida sobre ese metal un poco oscuro pero sabio, un llavero pesado como ningún otro, pero especial a la vez, ya no los hacían como esos me dijo la señora Greenwink. Corrí al auto nuevamente, y llegue a la tienda, abrí y todo normal.

A eso de las 2 de la tarde llego la señora Grase a pedir su típico café, detrás de ella entro Ronald, les pase 2 viejas sillas que guardaba la abuela bajo el mesón.

-Hija, ven, acércate a conversar conmigo- dijo Grace

- voy voy- dije riéndome.

-Acércate deja mirarte bien-

Me sorprendió la seriedad que tenia en la cara, en una cosa de segundos ella ya tenia mi pelo entre sus manos.

-Siempre has usado el pelo largo?- pregunto con mi pelo en una mano y la otra sobre su cara.

-Si…-respondí

-Me gustan las ondas de tu cabello, probablemente indiquen las que hay en tu corazón y por que no decirlo… en tu imaginación- Dijo mirándome fijamente a los ojos. No respondí nada.

-Te sientes sola?- me pregunto. Sentí como se metía dentro de mi corazón y rebuscaba en los rincones que ni yo misma conocía.

-La verdad no…- dije seriamente haciendo una mueca con la boca.

-mmm… está bien, pero recuerda que llorar nunca es malo, ya lo sabes..-

-mmm, si, gracias- respondí pensativa

No se en que momento, pero me pillo desprevenida, tomo mi cara entre sus dos manos

-Lindos ojos…- dijo

-Gracias- respondí a penas podía gesticular con sus 2 manotas aprisionando mis mejillas. Sentí como sonó la campana de la puerta pero no preste mayor atención. Grace seguía observando mi cara con detención, ya me estaba incomodando, no soportaba que me tocaran por tanto tiempo y menos un “extraño”, pero de sus manos emanaba un calido sentimiento, por eso no me quite, eran como las manos de mi madre en los días que el sol brillaba sobre nuestro hogar, sentí la melancolía subir por mi estomago hasta mis ojos, quise romper en llanto cuando algo interrumpió mi mirada…La primera persona joven que veía entrar en días, aproximadamente tenia sus 22 años, al menos eso calcule antes de darme cuenta que era increíblemente guapo, bueno quizás no tanto, pero al no haber visto alguien de tu edad por mucho tiempo cualquier mamarracho que pase por el frente sin arrugas va a ser guapo, de pelo castaño que pudo haber sido madera sin lugar a dudas, piel tersa, ojos pardos, vestido completamente de negro, lo debí imaginar, pero allí seguía yo, con mi cara completamente deformada entre las manos de grase, mirándolo fijamente, me miro por segundos y hizo una mueca hacia al lado con su boca, me sonrío…, la verdad mas bien yo creo que se río de mi cara, el hojeo una revista rapidamente y luego….

-Que miras linda?- dijo grase
- Nada nada señora- desperté de mi sueño y me quite de entre sus manos sin pensarlo.

Cuando volví a mirar el ya estaba saliendo de la tienda.




Cold ocean.01

Era invierno del 2004, a pesar de que en esta ciudad ya casi no existían las estaciones aún tenían las entupidas fechas, quizás para mantener la esperanza que la mano de dios nos ayudaría a reponer todos los cristales rotos sobre esta tierra. No puedo decir que esta era una gran ciudad con edificios, y lugares de diversión para gente joven cuando la verdad es que el 90% de la población son personas mayores de 60, si… es una ciudad vieja y la verdad no me molestaba para nada. Bueno es un poco solitario, ni escuelas encontraras aquí, para asistir a una debes viajar al menos 2 horas a un pueblo cercano.

Se preguntaran que diablos hago yo metida aquí, y eso mismo me vengo cuestionando yo misma hace unos cuantos días, pero por algo el destino me trajo aquí…al menos eso quiero creer.

Me llamo Marie, tengo 19 años y no, no Morí atropellada ni tampoco si reenvías esta carta a menos de 5 personas apareceré en tu espejo mañana a las 12 de la noche, no me queda tiempo para eso. La verdad es que si, pero no estoy gastando mis lápices ni mis palabras sin ningún fin. Nunca fui una niña común y corriente, no soy gótica ni mucho menos de las populares, más bien pase desapercibida la mayor parte del tiempo durante mi adolescencia, allí fue cuando comencé a escribir novelas. Mis padres lo odiaban, y ahora los entiendo me veían allí sola, casi como escondida del mundo, metida entre miles de hojas rebosantes de palabras sin sentido, ideas, imaginación, llantos, risas. Fue en el último año de escuela cuando decidí que quería ser escritora, por conclusión… no iba a ir a una universidad, lo cual trae como consecuencia: Padres totalmente Angustiados. Desperdicie todo un año vagando dentro de mi mente, mi madre ya no me dirigía la palabra y yo me convertí en la peor deshonra de mi padre y claro… de toda la familia, “tanta inteligencia perdida” “no has considerado medicina?”… claro que no.

Decidí rayar mi propio camino, largándome de ese nido sofocante que comúnmente llaman hogar, la verdad es que a nadie le importo demasiado, tomé el tren el 7 de diciembre de el año pasado a las 6:30 de la mañana bajo un cielo apenas celeste rumbo a rainford, hora de llegada aproximada: 1 de la tarde.

El extraño a mi lado era sin lugar a dudas…. Otro anciano. Ya no me sorprendía luego de que el señor que cortaba mi ticket me digiera “hace mucho tiempo que no veía un rostro joven rumbo a rainford” me pareció extraño pero luego comprendí, cuando entre al tren y vi solo cabezas canosas.

Y aquí me tienen 6 meses después, perdida en un sueño y esperando por inspiración.

Vivo en una casa demasiado grande para una persona, los 5 cuartos, las 3 baños y la enorme cocina pasaban casi sin uso, la única razón que me hizo pagar por esto, fue la sala, la chimenea y el curioso tercer piso… se preguntaran por que, simplemente no tiene techo, bueno si lo tiene, pero es de vidrio, puedo ver las estrellas cada noche y la luna en todo su esplendor, me hace sentir que no estoy tan sola. Claro, también el bajo precio en que la señora Clarisse me ofreció quedarme fue un gran empujón para decir “si”.

De mis padres no he sabido nada desde hace ya sus 3 meses y estoy…completamente sola.

Salí a comprar algunas cosas para la casa, me subí a mi auto, que no era la gran cosa, pero para la ciudad donde la mayoría de ellos dotan de 1965 el mío llamaba la atención, los abuelitos tiernamente lo llamaban “el auto verde”, si… yo era “la inconfundible jovencita del auto verde”. Como sea, conduje tranquilamente hasta la tienda de la señora Greedwink “Víveres greedwink”,

-Bienvenida hija…- dijo levantándose a penas de la silla donde reposaba hasta antes de que yo llegara. –Hola señora, no no se levante..- dije.

- AHÍ DIOS… si no es problema, que te trae por aquí corazón?- Me sonrío con su dentadura gastada, pero sus ojos brillantes como si disfrutara cada vez que entrara un cliente, como si fuera la primera vez que alguien dejaba un misero dólar sobre el mesón.-Vengo en busca de un poco de leche, cereal y alguna salsa para pastas, pero no se preocupe, no le molesta si paso a buscarlas yo misma? Digo…para que no…- Le ofrecí, pero ella me interrumpió.- Hay hija pasa pasa con confianza ve busca, muchas gracias.

Camine en ese pequeño espacio, no se como la señora con sus 78 años podía seguir aquí, busque lo que necesitaba y busque dinero en los bolsillos de mi pantalón. –Allí tiene…- dije sonriente. –Gracias, vuelve cuando quieras…- me sonrío de vuelta.- Adiós.- me di media vuelta y partí cuando escuche su gastada voz – Marie! Se me olvidaba…- voltee y camine hacia ella. –Dígame señora…- Yo ya estoy muy vieja, ya sabes, me enfermo con mas frecuencia y el negocio ya no va tan bien… ya sabes porque tengo que cerrar mas temprano y esas cosas, me preguntaba si.. Tienes trabajo?- Me sorprendió y alegro al mismo tiempo –No no señora…- respondí tratando de no hacerme falsas expectativas – Quisieras trabajar aquí?- Me dijo mientras intentaba sentarse en ese gastado banco. – Por supuesto señora, MUCHAS GRACIAS DE VERDAD!- dije casi llorando de la alegría, necesitaba el dinero, lo que dejaba el ser columnista de una revista local para adolescentes un una ciudad donde casi no los hay no dejaba lo suficiente para mantenerme. – Claro que sería algunos días en las tardes y el día entero cuando yo me enferme…- dijo aguantando la risa de verme tan feliz. –CLARO CLARO!! Muchas gracias!!- Ven mañana mismo a las 4:30 de la tarde- me casi grito cuando yo ya iba saliendo de la tienda. – Aquí estaré!- le grite y me subí al auto.

Ya que no tenía mucho más que hacer, maneje media hora y llegue al mar, si nada mas yo vengo al mar en pleno invierno, pero dentro de sus gritos húmedos, entre el viento acuoso que solo allí encuentras quizás se esconda mi inspiración. Pase creo que al menos sus 2 horas bajo mi abrigo mirando como el mar se recogía una y otra vez, Moria y luego revivía en fracción de segundos, era como si todo fuera una utopia de pesadillas felices.

Maneje de regreso a eso de las 7 de la tarde, el sol empezaba a esconderse, la costanera permanecía vacía, solo yo y el ruido del motor.

Estacione frente a la puerta, prendí las luces y la chimenea, subí al tercer piso donde arme mi cama, y me acosté, sin haber ni siquiera encontrado una razón para seguir con mi novela de los Robincs.

Al día siguiente, la alarma sonó a eso de las 7 de la mañana, intente recuperar la razón y escapar de la niebla de los sueños por durante quince minutos, cuando por fin logre manejar mis 6 sentidos, puse los 2 pies fuera de la cama,

sábado, 20 de febrero de 2010

03



Colorless notes

When I hear your voice

Guitar flavours

Fake dreams

Bass jokes

Drums dances

Flying to a new world

Full of things.

Can you believe it? Finally

Hear it and feel it

Goodbye reallity

Welcome sweet world

Tears, blood, smiles,no time, dances,colors, dark, night

light

Everything in one

Welcome to this part of the world

That i've created for you...

Time's running out

OPEN YOUR EYES

look where are you again... Running among crows....

02



"Cual es la idea de sonreír otra vez
si estas tan lejos,
Si el viento golpeando contra las hojas de un árbol batiente ya no me dice más nada, solo melancólicas melodías de un recuerdo borroso.
No se cuando fue que te tuve...pero lo hice,
Ni tampoco se cuando te perdí, estas tan lejos...
Pero también perdí las ganas de vivir.
Lágrimas secas, angustia, ansias de romper en llanto
La tristeza de un pasado falso, lo dificil del presente y la amargura de un futuro imposible, ¿Como puedo seguir pensando claramente? Si estas siempre presente, tortuoso ser invisible.
Saber que existe un mañana vacío, quizás totalmente nuevo. Saber que ya no tengo nada a lo que aferrarme, que ya no está el ángel solidamente mentiroso que me hacia continuar, que me hacia querer vivir un día más.
Que razón tengo ahora para existir...
La esperanza, el entusiasmo de un futuro escondido tras la seda de un Bufón...
Quizás siempre tuvo que ser asi...Abrir los ojos para seguir soñando.
Mi pequeño confidente.